sábado, 23 de noviembre de 2013

Las Flores de Bach en la Búsqueda Vocacional

Por Lizet Riquelme Csori, Psicóloga Clínica y Terapeuta Floral

Durante estos meses suelo recibir consultas principalmente de jóvenes, o sus padres, que están prontos a rendir la Prueba de Selección Universitaria PSU, y a postular a distintos centros de estudios superiores. Les voy a comentar brevemente el aporte que las Flores de Bach pueden realizar a alguien que está en esta etapa.

En primer lugar, es importante comprender cada caso de manera particular, cuáles son las desarmonías que están imperando a distintos niveles del consultante. Las desarmonias no se presentan necesariamente como síntomas, aunque pueden presentarse angustia, irritabilidad, explosiones emocionales y somatizaciones de distintos tipos, pero hay que comprender que las Flores de Bach trabajan las alteraciones de manera transdimensional y que estos síntomas pueden tener su origen en distintas causas, tanto ambientales como internas.

Lo primero es concentrarse en la rendición de exámenes, para lo cual es necesario equilibrar la confianza en si mismo, con la capacidad de estar presente en cada tarea, concentrarse en profundidad, blindarse contra el bombardeo de presiones del entorno y retomar la confianza en uno mismo. Esto en forma general, pues no todos tienen los mismos desequilibrios.
 
En ocasiones, el problema es la falta de claridad respecto de la vocación, o como decía el Dr. Bach, "la gente talentosa que ambiciona lograr algo importante en la vida, pero no sabe qué dirección seguir". La flor indicada en estas situaciones comunmente es Wild Oat. Pero se trata de un catalizador que debe ser utilizado con cuidado, pues puede actuar a varios niveles. y muchas veces el problema no es la poca claridad en la vocación, sino el no atreverse a seguirla por temor a no poder rendir adecuadamente o por presiones externas a buscar caminos más conocidos, o por falta de convicción en si mismo.

A veces la elección vocacional está más clara, pero hay que optar por dos alternativas y hay un estado de confusión, que puede ser ocasionado por inseguridades internas, o por demasiada información confusa entregada por el ambiente (por ejemplo, opiniones de personas relevantes o la publicidad descontrolada y poco serie de los mismos centros de estudios).
También en muchos casos es necesario aterrizar, analizar el entorno, los recursos y posibilidades de manera realista, sin subestimarlos ni sobreestimarlos, para tomar decisiones que sean sustentables en el tiempo. Flores como Clematis o Chestnut Bud pueden ser útiles, pero a veces es necesario utilizar otras.

Y claro, siempre es bueno ayudar también a los padres, pues al trabajar sus propios temores, anhelos y límites, pueden ser de mayor apoyo y orientación a sus hijos, por lo que el enfoque familiar es siempre recomendable.

Para todo lo mencionado existen Flores de las seleccionadas por el Dr. Bach que pueden ayudar, así como para muchas otras, pero el llamado es a buscar el apoyo de un terapeuta floral entrenado, para hallar la fórmula correcta que sea más útil y certera en cada caso, de lo contrario, el resultado no será el esperado.

lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Qué significa la exclusión en una Constelación Familiar?



Este método creado por el alemán Bert Hellinger, desde una mirada cósmica global, podría ser visto como una forma para sanar heridas del pasado, específicamente las llevadas a cabo con el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial. Desde los inicios de esta terapia, en sus talleres grupales Hellinger se encontró con pacientes cuyas temáticas terminaban gestándose con algún antepasado que formó parte activa de la Alemania Nazi y tuvo a su cargo la ejecución de macabras acciones. Desde el propio autor, de ser así, es un hecho cuya forma de saldar la deuda por el dolor causado, sería la exclusión del sistema familiar.
                Este tema es bastante complejo ya que tiene ver con un principio general presente en toda la obra de Hellinger, que tiene que ver con el Amor. Todos los movimientos que se realizan en una Constelación Familiar son en base al Amor. Y es más, todos los problemas, dolores y sufrimientos que tienen las personas que los llevan a querer constelar, también son creados desde el Amor. Un hijo que repite el patrón de violencia del padre, lo hace por su sentido de pertenencia y la lealtad para con el padre. Una hija cuyo hermano mayor muere trágicamente en un accidente, se siente culpable y pierde su deseo por la vida, debido a la lealtad familiar para con su hermano, tiene la sensación de porqué tú y yo no, no es justo, me voy contigo. Esto ocurre por la lealtad que tiene cada miembro del sistema familiar, con el gran Alma Familiar, pero se da manera particular y muy intens en los hijos. Los hijos son totalmente fieles a sus padres.
                Pero este sentido de pertenencia tiene una contraparte en la cual se da de manera inversa. Existen casos en acciones específicas llevadas a cabo por un miembro del sistema familiar que conllevan a tal grado de deshonra por el daño causado, que la única forma de aliviar la tensión y el sufrimiento causado al sistema familiar completo, es la exclusión de él de dicho sistema. Básicamente, salir de la familia. Para aquellas personas que tienen manejo teórico de este método, podrán darse cuenta que esta situación es totalmente contraproducente, ya que según el propio autor, todo integrante del sistema familiar tiene pleno derecho a pertenecer a éste. La única forma para explicar esta excepción a la regla, guarda relación con el daño causado por el miembro de la familia a otro, tanto del mismo sistema como a alguien externo.
                En los casos observados por Hellinger de pacientes con antepasados vinculados a acciones del Holocausto, sobretodo de oficiales de ejército a cargo de pelotones, su sistema familiar 50 años más tarde sigue pagando las consecuencias del daño causado. Nietos y bisnietos actúan diariamente con sentimientos de culpa, sin voluntad de vivir, inmersos en relaciones de pareja disfuncionales, abuso de alcohol, drogas, psicofármacos, depresiones endógenas, bipolaridad, esquizofrenia, por nombrar algunos. Todo esto como una forma  encontrada por cada uno de manera inconsciente para mitigar el daño causado. Muchas veces esto no se sabía, era verdaderamente un secreto familiar. Pero el gran Alma Familiar se encarga de restablecer el equilibrio entre el dar y recibir, dando devuelta la dosis igual de dolor que la causada originalmente.
                Lo difícil de casos como estos, en donde la acción de uno en particular generó daños irreparables, con muertes de por medio, es que la única manera funcional y conciliadora que queda para el sistema familiar completo y restablecer el Orden en Amor, es que ese miembro en particular, energéticamente sea expulsado del sistema mismo. Cabe hacer mención y recalcar que la expulsión es solo energética en este caso, ya que no se tiene la oportunidad de expulsar físicamente, en este caso al abuelo “nazi” y aparte que aunque estuviera vivo, no está participando activa y presencialmente en dicha constelación y es su energía “malévola” (por darle un nombre poco ortodoxo) el que es expulsado del sistema. En constelaciones como esta, el representante del integrante que causó el daño, repite su reconocimiento del daño efectuado no solo a las víctimas, sino también a su familia completa, incluyendo las generaciones posteriores, y también refiere que para enmendar el daño causado, decide autoexiliarse y así restablecer el equilibrio y el fluir armónico del Amor en dicha familia.
                En este tipo de caso extremo, no se está negando la pertenencia de este miembro al sistema familiar, sino que se acepta su decisión de salir de ella, como forma de perdón, al mismo tiempo que sirve de precedente para el resto de la familia, que si bien todos tienen derecho a pertenecer al sistema, hay ciertas cosas que sí se realizan, no pueden ser aceptadas como tal. Al aceptar esta parte oscura del sistema, sirve de crecimiento y fortalece el gran Alma Familiar, al aceptar el Amor en sus infinitas formas, como también puede ser en una exclusión.
                Hay otro tipo de caso extremo en donde también ocurre una exclusión que tiene que ver con generaciones próximas una de otra o incluso en la misma generación. Esto es el caso del incesto, maltrato y/o abuso entre hermanos, etc. Esto no es una regla genérica aplicable para cada sistema familiar, en que si ocurre algo como lo descrito, la única medida remediable es la exclusión. Depende de cada sistema familiar.
                Pero cuando ocurre este tipo de alteración al orden familiar, como cuando un padre abusa de un hijo o un hermano mayor, de su hermana más pequeña, el proceso de sanación parte por el reconocimiento de lo sucedido. Si se mantiene en el anonimato, como algo tabú, es el gran Alma de la Familia el que se encargará de sistematizar puntos de encuentro entre victimario y víctima. Esto llevará consigo a que tarde o temprano la verdad salga a flote. Tiene que ver simplemente con el tercer orden establecido por Hellinger, que es el equilibrio entre el dar y recibir.
                En este caso, al reconocer lo realizado y visualizar durante la constelación del daño causado al integrante visto en desprotección (el hijo frente al padre, o el hermano  menor en edad frente al mayor), el victimario deberá reconocer el daño causado y aceptar las consecuencias de lo realizado. Acá es donde cada sistema familiar hará su propio veredicto al respecto. Hay sistemas familiares en donde la exclusión no es necesaria y solo basta un reconocimiento genuino por parte del victimario. El gran Alma Familiar representando en la Constelación Familiar reconoce el sentimiento y la emoción honesta de disculpa y de manera innata realiza el movimiento genuino de acogida del victimario, sanando así heridas importantes.
                Por otro lado, cuando el daño causado al interior del sistema familiar ha sido de grandes proporciones y los representantes no sienten de manera fidedigna lo referido por el victimario, la decisión es la exclusión.
                Y en este caso en particular me quiero referir. He tenido la oportunidad de conocer casos en los cuales el sistema ha decidido la exclusión de un miembro familiar, pero este miembro es actual. No solo vive aún, sino que forma parte del sistema familiar nuclear cotidiano. Como dije anteriormente, esta exclusión es representativa y energética. No es una exclusión física. En este caso, no es que el victimario deba ser desterrado de la familia, cambiarse de casa, cambiar el apellido y vivir casi como ermitaño. Todo esto ocurre en un plano energético de la imagen del Alma Familiar representada en una constelación. Este punto es de vital importancia tenerlo 100% claro. Todo lo que se menciona acá ocurre en una Constelación Familiar. Es en esta instancia en donde energéticamente el victimario es expulsado. En la familia real, esto no ocurre de esta manera. El funcionamiento global de una Constelación Familiar es la construcción de una imagen del sistema a partir de lo referido por el paciente, la cual después es trabajada por la interacción de las propias personas asistentes al evento y que personifican a un miembro en específico, de acorde a las impresiones y frases sanadoras entregadas por el Constelador.
                Es en este lugar en donde el victimario es expulsado o reconoce su autoexilio, el cual si respetado por el sistema familiar y tomando las indicaciones dadas Constelador, como la de no hablar de lo ocurrido en una constelación en por lo menos un mes (pero yo sugiero no hablar nunca de ello, así se permite que el trabajo de la imagen realizada en una Constelación sea permanente e ininterrumpida); permitirá una liberación en el miembro real y en la vida real, de aquella parte de su ser energéticamente cargada con los hechos dolorosos, y generará cambios en sí mismo y en la familia total, no teniendo que pasar así por una exclusión física. En términos concretos y aterrizados familiares para personas con creencias interdimensionales, se podrá reconocer y transmutar aquella parte del Ser victimario que lo hizo realizar tales acciones dañinas, permitiéndole así un renacer físico y en Amor, en donde podrá vivir de manera más armónica en el interior del sistema familiar.
                No es sencillo entender este tipo de situaciones, escapan en gran parte a nuestra lógica racional. Pero como ya es conocido en las Constelaciones Familiares, los procedimientos lógico-estructurales de la mente, no tienen cabida acá...
               

martes, 5 de noviembre de 2013

¿Por qué no es recomendable hablar acerca de una Constelación Familiar?



Esta debe ser una de las preguntas más reiteradas a las cuales he debido responder al comienzo de cada taller de Constelaciones Familiares. No es sencillo tratar de entender desde una lógica racional lineal este importante ámbito relacionado con el no comentar lo vivido en una constelación en que uno mismo fue paciente.
                El mismo Bert Hellinger, creador de este método terapéutico, ha explicado este concepto. La Constelación Familiar funciona en un espacio específico y atemporal. Tiene la particularidad de gestarse un espacio estructural claro, en donde todas las generaciones se conjugan en un solo tiempo, el ahora. Por eso la característica de atemporal. Pero no es la familia en sí la que se ve representada, sino una imagen de ella. Es una imagen confeccionada desde el Alma Familiar del paciente, pero que tiene la particularidad de entrelazarse con la historia de cada uno de los presentes en ese lugar. De un modo global, cada una de las experiencias de los presentes se ponen al servicio de esta Alma Familiar que solicita ayuda, y se genera una imagen de la familia, con todos los antepasados necesarios y que entregarán la información suficiente y necesaria de acuerdo al siguiente paso en la escala evolutiva que debe realizar el paciente en la actualidad.
                Por esta misma razón es que cada Constelación Familiar es distinta una de otra. Muchas veces me han llegado comentarios de pacientes, en que aseguran que lo vivido en la última Constelación fue totalmente distinto a lo experienciado en la anterior, 3 meses atrás por ejemplo. La razón es que cada Constelación se “abrirá” para mostrarle al paciente lo necesario para que dé el siguiente paso en escala evolutiva, en su crecimiento personal. Y como nuestro crecimiento es diario, incluso cuando nos sentimos estancados, cada Constelación tiene su propia dinámica enriquecedora y clarificadora. Poco y nada, según mi parecer, tiene que ver con la habilidad del constelador. Sino más bien se relaciona con el grado de apertura y receptividad del paciente, para acoger en Amor lo vivido en la  Constelación.
                Volviendo al tema del no hablar, como lo que se evoca es una imagen de la estructura familiar primigenia, la sanación alcanzada mediante los distintos movimientos familiares en Amor también son desde la misma imagen. Como no se tiene la posibilidad de que estén cada uno de los miembros originales de la familia referidos en la Constelación, son los representantes los encargados de encarnar esos cambios, permitiendo que a través de su entrega se lleve a cabo una nueva imagen de esta estructura familiar, que permitirá que el Alma Familiar logre sanación en el aspecto específico visto en dicha Constelación.
                Y como es solo una imagen, una visualización, estas puede distorsionarse si son aterrizadas al nivel del intelecto o una lógica racional lineal. El ego, con su necesidad de entender desde la lógica, debido a que le teme a lo desconocido, en especial a todo aquello que genere o conlleve cambios profundos; puede ser capaz de cuestionar todo lo vivido, refutar lo visto y llegar incluso a negar lo sanado. Esto se hace de manera inconsciente, la mayoría de las veces. Pero también las personas escépticas y con bajo nivel apertura a lo nuevo, lo pueden hacer de manera consciente.
                Por eso es que lo mejor resulta ser no hablar nunca de la Constelación. Así se permite que la nueva imagen del Alma Familiar actúe libremente, sin ningún tipo de obstáculo y barrera egocéntrica que la altere. Y permitirá que los cambios sean aún más profundos que los vistos en la Constelación propiamente tal e incluso otorgándoles la posibilidad de perpetuarse en el tiempo.
                Hellinger al inicio de su trabajo con esta nueva metodología, sugería no hablar de la constelación en por lo menos un mes. Según mi propia experiencia como paciente y como constelador, el mes de espera es algo relativo, ya que tiene que ver con el ser capaz de manejar la primera ansiedad de no hablarlo, donde sin dudas las primeras semanas son muy duras. Pero luego de eso, uno prácticamente se olvida de lo vivido. Y eso es lo mejor que puede ocurrir. Porque así permitimos que la nueva imagen trabaje libremente en el Alma Familiar, haciendo cada uno de los movimientos necesarios en la estructura familiar real, que llevarán a un estado de armonía del paciente.

lunes, 26 de agosto de 2013

¿QUÉ SON LAS CONSTELACIONES FAMILIARES?




Por Alonso Meza, Psicólogo Transpersonal y Constelador Familiar 

Recuerdo la primera vez que me hablaron de las Constelaciones Familiares. Ojalá hubiera tenido una cámara para ver mi cara retratada en esa ocasión. Cuando me comenzaron en qué consistía, qué se hacía, lo primero que pensé fue que era una sesión chamánica, espiritismo puro. Como buen escéptico mi respuesta fue de total rechazo.
Como buen investigador revisé en Google y vi que era un método creado por un terapeuta alemán, llamado Bert Hellinger. Que en su juventud fue misionero, estuvo años viviendo en una tribu africana, luego quiso ser sacerdote, renunció, se casó, estudió pedagogía, filosofía, teología, psicoanálisis, análisis transaccional hasta que finalmente postuló su propio modelo. Ahí me di cuenta que el tipo se paseó por tantos modelos, que por curiosidad, me interesaba conocerlo.
Sin embargo en ese momento, estaba pasando por una situación compleja. Ya estaba titulado, por más que enviaba currículum a distintos lugares no me llamaban ni siquiera para entrevista. Ya estaba desesperado. Ahí nuevamente me dijeron que “constelara”. Entre la desesperación y que me pillaron volando bajo, dijo que sí. La persona que realizaría el taller era bien cotizado en la zona, por lo cual conseguir un cupo era ya difícil, sobretodo por la fecha. La constelación sería en 2 semanas más. El precio también fue tema. Era bastante alto tomando en cuenta mi situación económica en ese instante.
Pero sin darme cuenta, todo se arregló “raramente”. Justo quedaba 1 cupo disponible de una persona que se desistió de él 5 minutos antes que yo llamara. El dinero apareció de regalo sin darme cuenta. Y así, todo preparado para constelar.
Y fui a Constelar. No entendía nada. El tipo que hacía la Constelación, se veía ducho, maestro en lo que hacía. Hasta arrogante. Pero tenía un manejo del grupo que dejaba asombrado a cualquiera. Dos personas constelaron antes. Y ahí entendí qué eran las Constelaciones Familiares. Una persona que hace de paciente, se pone al costado derecho del guiador, cuenta un problema específico, sin ahondar en mayores detalles. Luego el guía le va pidiendo al paciente que vaya eligiendo a determinadas personas del público, que no se conocen entre sí ni mucho menos su historia, para que hagan un rol específico. Uno que haga de su padre, otro de su madre, otro de su pareja, de su hijo y ella, dependiendo de la composición familiar del paciente.
La magia de esto ocurre en que el paciente le pregunta a cada miembro del grupo para que represente a un familiar, es que después lo guía tomándolo de la espalda suavemente y lo coloca en un lugar específico. Y sin más actos que esos, el representante poco a poco comienza a sentir cosas nuevas, incluso toma gestos faciales y posturales distintos y que el paciente reconoce como del familiar representado. Ahí parecen frases como: “Se puso igual que mi papá” o “tiene la misma cara que mi hermana”.
Luego de eso, el Constelador o Guía va explicando lo que ocurre en la familia, los movimientos, las exclusiones, lo que ocurre. Después solicita para que cada representante haga un movimiento hacia donde le dé mayor tranquilidad. Ahí comienzan los aspectos sanadores, porque se muestra lo más crudo de las problemáticas. Las parejas se distancian, los hijos se interponen entre los padres. Las madres toman a sus hijos para ahuyentar a sus parejas, etc. Tomando este panorama, el Constelador comienza a ordenar poco a poco la estructura familiar, explicando, mostrando. Y acá viene lo innovador de este modelo terapéutico. Utiliza las llamadas frases sanadores. Estas frases son oraciones, decretos dichos por los representantes entre ellos, guiados por el Constelador, que tienen por fin ordenar y reconocer el lugar que le corresponde a cada miembro. Por ejemplo y como caso típico, la frase sanadora de un hijo a su padre: “Lo siento papá, por mi arrogancia de creerme mejor que tú para mi madre. Reconozco que mi madre te eligió a ti como su hombre porque eres el mejor que pudo haber elegido. Ahora entiendo que tú eres el grande y yo el pequeño”. Otra frase sanadora muy repetida también tiene que ver con los padres separados a sus hijos: “Lo que ha ocurrido entre nosotros, no es tu responsabilidad. Nosotros siempre seremos tus padres y tú siempre serás nuestro hijo. Te despojamos de nuestras culpas, que son solo nuestras y no tuyas”.
Cuando las oí por primera vez pensé que estábamos en una Iglesia del siglo XVII. Las encontré extremadamente cursis y enchapadas a la antigua. Pero resulta que el solo repetirlas producía alivio inmediato en los representantes. Y así se ordenaban posicionalmente todos los miembros de la familia representados en la Constelación. El cierre se produce cuando se ha visto la solución estructural al problema y cada miembro queda en paz.
Todo esto me hizo sentido cuando fue mi turno Constelar. Mi tema fue la falta de pega, tal cual. No tenía otra cosa. Pero la Constelación se desarrolló y vi desde donde venía mi bloqueo energético y que estaba impidiendo la llegada de oportunidades de trabajo. Lloré a mares, boté todo y vi todo. Cuento corto, 3 semanas después de asistir a mi primera Constelación, encontré trabajo.
Ahí comprendí la magia. Se realizaron movimientos en mi familia sin ellos saber si quiera lo que yo hice. Ocurrieron cambios en mi familia que se relacionaban con los visto en la Constelación, siendo que ellos no solo no fueron sino además que no tenían idea de lo que hice.
Y fue cuando comprendí el poder sanador de esta herramienta. Y desde ese momento, que decidí aprender de ella, para poder llevarla a otras personas y así también vislumbren y sientan su tremendo poder curador.

Puedes leer este artículo y otros más en el blog de Alonso Meza en su blog ConmigoSiento.

viernes, 16 de agosto de 2013

Higiene de Estudio para Niños y Adolescentes


Por Claudia Ávila, Psicóloga Infantil.

Terminaron las vacaciones y comenzamos un nuevo semestre escolar. Nuestros hijos vuelven a su año académico y con esto, las pruebas, tareas y trabajos que muchas veces provocan ansiedad y frustración en los estudiantes. Una de las formas para disminuir el estrés frente al estudio es saber organizar el tiempo y utilizar buenas estrategias de estudio.
Frecuentemente los padres pensamos que a mayor tiempo de estudio, mejores notas y mayor aprendizaje. Sin embargo, ¿estaremos en lo correcto?
Es importante al saber qué cantidad no equivale a calidad. Junto con esto, debemos saber que un niño no tiene el mismo tiempo de concentración que tiene un adulto. Se calcula que: “por cada año de vida de un niño tiene entre 3 y 5 minutos de concentración. Por ende, un niño de 7 años por ejemplo, tiene un tiempo de concentración de entre 20 y 35 minutos.
Para el adulto el tiempo máximo de concentración es de, en promedio, de 45 minutos; y un adulto entrenado puede aumentar este tiempo a un promedio de 50-60 minutos.”
Por lo tanto, debemos considerar nuestros límites y los de nuestros niños y no forzar el estudio más allá de lo que nos permite nuestro organismo. 
Pareciera fácil ir al colegio ¿no?, el adulto lo ve casi como una recreación. Pero para nuestros niños y adolescentes es una constante adaptación al medio ambiente escolar, en donde deben entender las clases que se le presentan, concentrarse en lo que pide, dice y pregunta la profesora, donde todo llama la atención y todo es de gran curiosidad, etc. 
Todo esto genera un cansancio mental, frente al cual es muy importante descansar y distraerse. Brindarle al niño y adolescente un espacio de 30 minutos para jugar, ver a sus amigos, practicar algún hobbie, dormir o simplemente ver su programa favorito, permite que la mente se relaje, la energía se libere y las tensiones disminuyan, para luego retomar las actividades escolares. 
Debemos ayudar a que el estudiante se tome un tiempo de descanso cada media hora o 45 minutos y luego retomar el estudio. Este tiempo debe ser efectivo, es decir, debe aprovecharse para liberar la mente, distraerla y olvidar la materia que preocupa por un momento.
Existen formas para reconocer la falta de concentración o el cansancio intelectual:
-      Leo y releo varias veces (más de 3) la misma frase sin poder entenderla.
-      Empiezo a pensar en otras cosas que no están relacionadas con el tema de estudio.
Esto indica que mi mente necesita un descanso y se distrae para descansar sin que yo se lo permita. Al presentarse estos síntomas ¡es tiempo de tomar un descanso!

Lugar de estudio, otro factor importante
-      Idealmente libre de la mayor cantidad de distractores posibles como son, televisión, radio, paso de personas u otros.

-      Que sea un lugar adecuado para el estudio, un escritorio o mesa firme y que sea, dentro de lo posible, exclusivamente dedicado al estudio. Esto debido a que al ser en el comedor o la cama, la persona lo relaciona a la comida/hambre o sueño respectivamente, generando una distracción importante.

-      En el lugar de trabajo deben estar a la mano todos aquellos útiles necesarios para efectuar la tarea. Debe contar con una silla cómoda y una mesa a la altura adecuada donde el niño se siente cómodo.

¿Cómo puedo ayudarlo a estudiar?
Es importante que como padres apoyemos a los niños al momento de hacer sus tareas, lo que no significa que hagamos la tarea con ellos ni menos hacerla por ellos. Se debe fomentar un hábito de estudio, en donde el estudiante sea independiente y tenga conciencia de las consecuencias de sus acciones también con las tareas.
Por ejemplo:
Hora de estudio: de 17:00 a 18:00 (no hay extensiones, solo se puede acortar si es que el niño no tiene trabajo que hacer)
Realizar la tarea: 15 minutos.
Repaso: 20 o máximo 30 minutos.
En total son 45 minutos de concentración a lo máximo.
Una vez finalizados los repasos, estudios o tareas el padre o padres/apoderado(s) responsables controlan que las tareas hayan sido hechas, o que el estudio haya sido hecho con un corto interrogatorio aproximadamente de 5 minutos.
Con estas recomendaciones acompañemos a nuestros niños y adolescentes a su desarrollo personal, mediante la creación de hábitos y el fomento de la autonomía. Es la etapa escolar en donde debemos ayudarlos a construir bases sólidas para su desempeño futuro, y si observamos dificultades en el aprendizaje y/o adaptación escolar, busquemos ayuda temprana para evitar consecuencias negativas en la adultez.