Esta debe ser
una de las preguntas más reiteradas a las cuales he debido responder al
comienzo de cada taller de Constelaciones Familiares. No es sencillo tratar de
entender desde una lógica racional lineal este importante ámbito relacionado
con el no comentar lo vivido en una constelación en que uno mismo fue paciente.
El mismo Bert Hellinger, creador
de este método terapéutico, ha explicado este concepto. La Constelación
Familiar funciona en un espacio específico y atemporal. Tiene la particularidad
de gestarse un espacio estructural claro, en donde todas las generaciones se
conjugan en un solo tiempo, el ahora. Por eso la característica de atemporal.
Pero no es la familia en sí la que se ve representada, sino una imagen de ella.
Es una imagen confeccionada desde el Alma Familiar del paciente, pero que tiene
la particularidad de entrelazarse con la historia de cada uno de los presentes
en ese lugar. De un modo global, cada una de las experiencias de los presentes
se ponen al servicio de esta Alma Familiar que solicita ayuda, y se genera una
imagen de la familia, con todos los antepasados necesarios y que entregarán la
información suficiente y necesaria de acuerdo al siguiente paso en la escala
evolutiva que debe realizar el paciente en la actualidad.
Por esta misma razón es que cada
Constelación Familiar es distinta una de otra. Muchas veces me han llegado
comentarios de pacientes, en que aseguran que lo vivido en la última
Constelación fue totalmente distinto a lo experienciado en la anterior, 3 meses
atrás por ejemplo. La razón es que cada Constelación se “abrirá” para mostrarle
al paciente lo necesario para que dé el siguiente paso en escala evolutiva, en
su crecimiento personal. Y como nuestro crecimiento es diario, incluso cuando
nos sentimos estancados, cada Constelación tiene su propia dinámica
enriquecedora y clarificadora. Poco y nada, según mi parecer, tiene que ver con
la habilidad del constelador. Sino más bien se relaciona con el grado de
apertura y receptividad del paciente, para acoger en Amor lo vivido en la Constelación.
Volviendo al tema del no hablar,
como lo que se evoca es una imagen de la estructura familiar primigenia, la
sanación alcanzada mediante los distintos movimientos familiares en Amor
también son desde la misma imagen. Como no se tiene la posibilidad de que estén
cada uno de los miembros originales de la familia referidos en la Constelación,
son los representantes los encargados de encarnar esos cambios, permitiendo que
a través de su entrega se lleve a cabo una nueva imagen de esta estructura
familiar, que permitirá que el Alma Familiar logre sanación en el aspecto
específico visto en dicha Constelación.
Y como es solo una imagen, una
visualización, estas puede distorsionarse si son aterrizadas al nivel del
intelecto o una lógica racional lineal. El ego, con su necesidad de entender
desde la lógica, debido a que le teme a lo desconocido, en especial a todo
aquello que genere o conlleve cambios profundos; puede ser capaz de cuestionar
todo lo vivido, refutar lo visto y llegar incluso a negar lo sanado. Esto se
hace de manera inconsciente, la mayoría de las veces. Pero también las personas
escépticas y con bajo nivel apertura a lo nuevo, lo pueden hacer de manera
consciente.
Por eso es que lo mejor resulta
ser no hablar nunca de la Constelación. Así se permite que la nueva imagen del
Alma Familiar actúe libremente, sin ningún tipo de obstáculo y barrera
egocéntrica que la altere. Y permitirá que los cambios sean aún más profundos
que los vistos en la Constelación propiamente tal e incluso otorgándoles la
posibilidad de perpetuarse en el tiempo.
Hellinger al inicio de su
trabajo con esta nueva metodología, sugería no hablar de la constelación en por
lo menos un mes. Según mi propia experiencia como paciente y como constelador,
el mes de espera es algo relativo, ya que tiene que ver con el ser capaz de
manejar la primera ansiedad de no hablarlo, donde sin dudas las primeras
semanas son muy duras. Pero luego de eso, uno prácticamente se olvida de lo
vivido. Y eso es lo mejor que puede ocurrir. Porque así permitimos que la nueva
imagen trabaje libremente en el Alma Familiar, haciendo cada uno de los
movimientos necesarios en la estructura familiar real, que llevarán a un estado
de armonía del paciente.
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